La cena de los acusados (1934) -W.S. Van Dyke
Que la trama de investigación
importa bien poco es evidente. Que es enrevesada y da igual no enterarse es un
hecho. Que la película flojea cuando el dúo detectivesco desaparece de la
pantalla es la prueba definitiva. La cena de los acusados (1934) es una comedia
que va sobre el humor que se consigue generar alrededor de una trama de
asesinatos, que funciona como auténtico McGuffin. El peso cae sobre el absoluto protagonista,
un espléndido William Powell abonado a una marca de whiskey que le permite
aparecer bebiendo en cada plano sin caer en la embriaguez en ningún momento. Frases de
ingenio punzante, velocidad en la locución, frivolidad pomposa de clase alta y
finísima crítica social en esta visionaria desmitificación involuntaria de lo que sería el cine negro, que comparte sus
ambientes pero pierde toda la seriedad por el camino.
No te la puedes perder si:
-quieres que el cine negro te haga reír.
-uno de los protagonistas es un perro; ¿a qué esperas para verla?
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