MENDES SÍ SE SALE DE LO ESTABLECIDO
La acción se desarrolla en la década de los 50 en
EE.UU., y habla sobre cómo el Sueño Americano atrapa a sus personajes, les
marca el camino a seguir y les impide escapar de su inevitable destino (con
mayor énfasis en las mujeres). Se trata de personas infelices, con vidas
acomodadas, pero vacías, y que se ven forzados a engañarse a sí mismos y
aparentar, para poder seguir adelante, siendo tachados de locos aquéllos que se
salgan de lo establecido. Destaca la pareja protagonista, con unos soberbios
Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, apoyados por un destacable elenco de
secundarios, entre los que sobresale el jugoso papel de Michael Shannon, una
especie de conciencia social, capaz de deshacerse de todos los
convencionalismos y espetar a la cara las miserias de cada uno.
El estilo del
director británico camina con firmeza por los estándares del cine clásico,
destacando el trabajado y estilizado diseño de cada uno de sus planos, cargados
de simbolismo e impregnados de sensaciones; pero es especialmente notorio el
juego que establece con sus propios planteamientos formales, otorgando detalles
de pura modernidad, como queda patente en el llamativo uso de las elipsis,
especialmente en el inicio de la película. Éstas, en conjunción con un
inteligente montaje, establecen constantes comparaciones entre el pasado y el
presente, tan sutiles como contundentes. Todo ello, sumado a su bellísima y
minimalista banda sonora (a cargo de un Thomas Newman tan maravilloso como
incapaz de innovar en su obra), consigue potenciar el contenido de la historia,
logrando un resultado maravilloso.
Como último
apunte, llama la atención que la película cierre con una escena de claro tono
cómico, protagonizada por una pareja de secundarios. Sin desviarse del rumbo y
dándole una capa más de profundidad, vuelve a jugar con los esquemas del cine
clásico. Otro toque de genialidad. Otro toque de revolución.
Nota: 9.
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