HER (2013) - Spike Jonze

Escrito por | 14:06 Deja un comentario


Alone in translation


El cine de Spike Jonze siempre ha circulado por los caminos de la originalidad formal y de las premisas genuinamente disparatadas, que, sin embargo (o debido a ello), acaban agotándose o llegando a un destino incierto, imperando la eterna sensación de genialidad por pulir, cuyo ejemplo más claro se observa en su fructífera simbiosis con el guionista Charlie Kaufman (Cómo ser John Malkovich, 1999; Adaptation: el ladrón de orquídeas, 2002). Tras este idilio cinematográfico, tomó una nueva vía, explorando formatos más contenidos y de mayor calado (Donde viven los monstruos, 2009), arando el terreno y dando paso a la que la que ha acabado por ser su mejor película hasta la fecha (Her, 2013).

Enmarcada en un entorno futurista cercano, finamente decadente, esta sociedad de tonos apagados, en la que la imagen ha dado paso a una predominancia oral, alberga un fino reducto de llamativos colores: Theodore (el portentoso Joaquin Phoenix, alejado de sus habituales papeles oscuros), un escritor de cartas para terceros, que vuelca todo su mundo interior en ellas, combatiendo la paradójica incomunicación de esta sociedad. Introvertido y con problemas para relacionarse con las mujeres (matrimonio fallido de por medio), sólo consigue encontrar entendimiento en un sistema de Inteligencia Artificial (la deliciosa y sugerente voz de Scarlett Johansson), infinitamente más vivo que las personas que lo rodean.


Y es en este momento cuando Spike Jonze corrige errores pasados y sabe reconocer dónde está su lugar, brindándonos una austera pero firme narración, en la que desarrolla (también en labores de guionista) una relación amorosa intensa, viva y enternecedora, rodeando de detalles y matices a unos personajes a los que demuestra conocer en profundidad, y cuya insólita situación queda completamente eclipsada por lo real que ésta supone (¿podría ser la escena de sexo más intensa de la Historia del cine?), alejándose del ridículo en todo momento. Las escenas fluyen con naturalidad, transportadas por los maravillosos temas musicales de Arcade Fire, y los acontecimientos se precipitan de manera tan inevitable como auténtica, conformando una conmovedora y agridulce historia (quien sabe si autobiográfica) sobre superación y aceptación personal, que nunca se agota, que siempre sorprende.


Nota: 9.


Entrada más reciente Entrada antigua Inicio

0 comentarios: