Blind (2014) - Eskil Vogt
Jugar con la forma debería ser un requisito imprescindible en cualquier película. En las diferentes maneras de contar historias, siempre se le presta más atención al "¿qué?" que al "¿cómo?", cuando precisamente la respuestas a la segunda pregunta es la que define y diferencia a cada disciplina artística frente a las demás. Eskil Vogt lo tiene clarísimo, y por ello Blind (2014) es un juego constante. Tanto, que la película acaba reducida a eso. Y es que, si bien la forma es determinante, debe ser a su vez un medio para alcanzar un fin. En esta película, el armazón formal derrocha pirotecnia con excesiva tendencia hacia el efectismo, sin que se observe un ejercicio de lenguaje elaborado ni una historia que no pase del convencionalismo, lo que no le impide ofrecer momentos sugerentes, aunque reducidos a mera la propuesta.No te la puedes perder si:
-a la forma sólo le pides que sea notoria.
-adoras el montaje troceado.
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