La telaraña del espejo roto

Basándose en el esquema argumental del libro El hombre duplicado, de José Saramago, narra la historia de un profesor que descubre la existencia de su doble, lo que supone un pretexto para exponer diferentes ideas, como la dualidad del ser y su oculto lado oscuro, las relaciones de poder hombre-mujer y Sociedad-Estado, los deseos reprimidos, y, por qué no, todas las que uno desee. Apoyado en un montaje abrupto, que dinamita el concepto de tiempo a golpe de elipsis y repetición, Villeneuve recrea un mundo onírico, de amarillentas atmósferas enrarecidas, opresivas, coronado por un sugerente simbolismo arácnido.
A medida que avanza, la película se adentra en un laberinto cada vez más oscuro y asfixiante, en el que los acontecimientos desembocan en un final tan impactante como coherente, que enciende todas las alarmas en el razocinio del espectador, tan (mal)acostumbrado a buscar la lógica de todo planteamiento, pasando por alto que está ante una película más interesada en transmitir sensaciones que en mostrar hechos, y cuyo potencial reside en las preguntas que genera, no en las respuestas que (no) da.
Nota: 8.
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